Autoridades, productores agropecuarios y residentes de Rancho Arriba, San José de Ocoa, reclaman al gobierno pasar de las palabras a los hechos y resolver el problema de incomunicación que, por los últimos aguaceros, mantiene paralizadas todas las actividades productivas de la localidad.
Los aproches del puente que comunica a Rancho Arriba con el pueblo de Ocoa colapsaron, y la gente se mantiene inquieta y a la espera de que las autoridades resuelvan una situación que los mantiene apartados del centro urbano de la provincia San José de Ocoa.
La vía principal para los productores trasladar sus rubros hacia distintos mercados del país es la que atraviesa el pueblo de Ocoa.
Pero este problema de incomunicación no solo afecta a los grandes, medianos y pequeños agricultores, sino también a cientos de campesinos que ganan el sustento de sus familias como jornaleros en sembradíos de vegetales, café, cacao o en los 350 mil metros cuadrados de invernaderos que existen actualmente en Rancho Arriba.
Las autoridades calculan que las pérdidas en el sector agropecuario se sitúan en un 60%.
En el caso de los cultivos de invernaderos, donde se hacen inversiones cuantiosas en el ciclo inicial, el impacto de las lluvias provocadas por la tormenta Irene ha sido relativamente mayor.
Héctor González, miembro de la Asociación de Productores de Invernaderos de Ocoa apunta que para tener una idea del daño causado por los aguaceros a este sistema de producción, basta con informar que en este momento hay unas 150 mil libras de pimiento que tienen diez días sin poderse recolectar, porque no hay forma de sacar este producto a los mercados.
Fuente, Elsiglo21.com
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