viernes, 5 de agosto de 2011

La columna de Hansel Garcia 






!Que se declare de urgencia!


 Gracias a Participación Ciudadana, nos enteramos de la noticia de que  el estado dominicano dejó de percibir 266 millones de pesos en impuestos por concepto de exoneraciones de vehiculos a los legisladores, así lo reseñaron los periódicos, fué la noticia de la semana para los periodistas, un palo noticioso y para los dominicanos comunes y corrientes, dentro de los cuales me incluyo al margen de mi oficio periodístico, fué la indignación más repudiable y asquearte de éstos días, la copa que a mucho llevó a la impotencia y el desespero.


Resulta, que los legisladores son beneficiarios de la Ley Número 50, de 1966, la cual posibilitaba la importación de un vehículo modesto, sólo cada cuatro años, y sin posibilidad de reventarla.

Pues resulta, que ésta legislación ha sido modificada en varias ocasiones, en provecho propio, ya no es un vehiculo, si no, dos por periodo, y eso, que hay quienes tienen 3, 4 y hasta 5 periodos en la teta congresional.

Además, fué eliminado el acápite que impedía la reventa de las exoneraciones, dejando el ámino libre para hacer lucrativos negocios, éstas, que van desde ventas a intercambios.

Esa Legislación data de 1966, aprobada en un contexto totalmente diferente que el actual, ignoro los salarios de los legisladores, a la razón pero no eran tan exorbitantes como ahora, ni existía barrilito como existe ahora en el caso de los Senadores.

Con honrosas exenciones, senadores y diputados hacen uso de manera religiosa de ésta prerrogativa, algunos las venden a dealer o la cambian por vehiculos, según estos, menos costosos, lo que se trasnfiere en un lucrativo negocio para ambas partes.

En el Congreso cursa desde hace un gran tiempo un proyecto de Ley que busca reducir los sueldos y privilegios de los funcionarios gubernamentales, pero a éste no se le a dado mayor importancia y duerme en el olvido congresual, a dicho  proyecto debería incluírsele la eliminación de las codiciadas exoneraciones, y el mismo ser declarado de urgencia, sí de urgencia con mas prisa que el paquetazo aquel.

Resulta bochornoso y asta indígnate, que con tantas precariedades que existe en el país, en una nación donde la calidad de vida de la clase media se deteriora progresivamente y la vida de los pobres resulta insostenible, los legisladores además de llevarse una suma exorbitante de dinero, además gocen de esta prerrogativa y la usen sin ningun reparo, mientras el pueblo es exprimido con las odiosas cargas impositivas.

Soy partidario que  se declare de urgencia en el congreso el proyecto que busca disminuir la opulenta vida que exhiben nuestros funcionarios, a costa de nuestro dinero, y que a este sea añadido la eliminación de las malditas exoneraciones que ahora han puesto una vez más al descubierto la desfachatez, y el descaro de algunos de nuestos congresistas.

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